Por estos días Chile se ha convertido en un laboratorio viviente. Numerosos científicos extranjeros llegan a la zona de la catástrofe para investigar los movimientos que afectan al país desde hace 15 días. "El Mercurio" reunió el jueves -jornada de la gran réplica- a cuatro de ellos, junto al director de Sismología de la U. de Chile, Sergio Barrientos. A continuación, sus principales conclusiones.
Marisol Olivares y Camila Carreño El jueves 11 de marzo, a la hora de la réplica del terremoto, los militares de la zona de Constitución tenían una preocupación especial: evacuar a los científicos extranjeros que por estos días han llegado a trabajar en lo que se ha convertido en un laboratorio viviente. Vienen a medir la longitud de las olas, las marcas de agua del tsunami , los patrones de daños de la zona, cuánto se desplazaron las ciudades, el levantamiento o hundimiento de la costa.
La ciencia apuesta a que el terremoto de 8,8 grados, ocurrido el 27 de febrero y el posterior tsunami, va a ser el mejor medido en la historia y su aporte para la ciencia va a ser invaluable.
Mientras los soldados los buscaban en la zona cercana a la Isla de Constitución, donde estaban instalando desde sismógrafos hasta GPS, los científicos empezaban a hacer sus apuestas.
El suizo Herman Fritz, del Georgia Institute of Technology, trataba de comunicarse por su blackberry para saber la magnitud exacta, mientras el griego Nikos Halligeris, doctorado en Ingeniería Ambiental de la Universidad Técnica de Creta, apostaba que no superaba los 7 grados. Cuando los militares llegaron a evacuarlos por la alarma de tsunami , el profesor de Geología y Geociencia, el alemán Robert Weiss, de la U. de Texas, no quería salir del lugar; sabía que lo que menos iba a suceder allí era un maremoto.
La gente, atemorizada por la ola de 15 metros que hace dos semanas hizo que el agua llegara hasta la Plaza de Armas, seguía obedientemente a los militares para refugiarse en los cerros, mientras una mujer contaba que no le temía a los terremotos hasta que quedó atrapada en su casa bajo una muralla de adobes.
Todos los días un grupo nuevo de científicos desembarca en el país y viaja a la zona de la catástrofe.
No siempre se puede medir la magnitud de un terremoto, puesto que las condiciones de seguridad y de desarrollo de un país no siempre lo permiten. Así ha ocurrido con los sismos de Sumatra y Haití, tal como con el desastroso tsunami de Somalía, donde no hubo temblor y, como no había un sistema de alarma, murieron miles de personas.
En Chile, en cambio, las condiciones para estudiar son ideales.
Nikos Halligeris despertó el 28 de febrero en su casa en Grecia y vio que tenía 12 mensajes en su bandeja de entrada. Antes de leer el "asunto", supo que en algún lugar del mundo había habido un tsunami y se dispuso viajar a verlo en persona.
Jeff Genrich, profesor del Instituto de Tecnología de California, apenas se enteró del terremoto en Chile, hizo su maleta y se fue al aeropuerto. Tomó todos los aviones necesarios: Miami, Sao Paulo, Montevideo, Buenos Aires, y cruzó la Cordillera de los Andes por tierra, debido al colapso de nuestro aeropuerto.
Ellos, junto a otros de sus colegas, fueron convocados por "El Mercurio" para sostener una "cita cumbre" de especialistas internacionales. Con su apariencia de niños exploradores, agradecieron las galletas que había en el encuentro. Los científicos en terreno comen poco, compran las provisiones que encuentran y aprovechan la comida que les ofrecen. Las pocas horas de sueño tampoco importan: cada noche duermen, en promedio, tres o cuatro, pero están acá por la ciencia. Por eso en el salón principal de la Municipalidad de Constitución, junto con el Director de Sismología de la U. de Chile, Sergio Barrientos, intercambiaron hallazgos, conocimientos, hipótesis y conclusiones. Y una síntesis de esos diálogos entregamos a continuación.
Se alejan las réplicas
La creencia popular de que las réplicas no pueden ser tan fuertes como el terremoto, y que deben ser al menos sobre 6,5 grados, son correctas, señala el profesor Barrientos, y agrega que vamos a sentir "réplicas sensibles por al menos un par de meses y a nivel instrumental por un año". "Pero no puede haber una réplica tan fuerte como el terremoto, porque la tierra no alcanza a acumular tanta energía, por lo tanto, no es posible que ocurra", agrega.
Jeff Genrich, del Institute of Technology de California, señala que, en la medida en que pasan los días, las probabilidades de que ocurran réplicas van disminuyendo, y así también su magnitud. Todos concuerdan que el sismo de 6,9 grados de este jueves en Rancagua correspondió a las réplicas esperables.
No hay cambio de epicentro
Si el terremoto tiene como epicentro Cobquecura y las réplicas ocurren en Rancagua, no significa que haya un cambio de epicentro. "Lo que ocurre es que el epicentro es el lugar donde se inicia la fractura; comienza frente a Cobquecura y se propaga tanto hacia el norte como hacia el sur, cubriendo alrededor de 500 km. Por eso uno esperaría réplicas y temblores en toda esta zona", explica Barrientos. Lo que de ninguna manera puede suceder, concuerdan los expertos, es que una réplica tenga como epicentro el norte grande o chico, o el extremo sur: eso se trataría de un evento independiente.
"Un terremoto anormal"
Si se compara este terremoto con otro sucedido en Chile, el más parecido es el megaterremoto de Valdivia, pero en una versión menor. Si el terremoto de 1960 desplazó a Valdivia en 20 metros, el de febrero pasado movió Concepción entre 10 y 14 metros. Ambos produjeron tsunamis , y ambos fueron terremotos anormales, debido a su magnitud. "Son extraños los terremotos de 8,8 y más los de 9,3", dice Barrientos. Pero lo más anormal del último terremoto fue la mezcla entre extensión y magnitud. "Nosotros esperábamos uno de 8,5 grados, por eso estamos estudiando por qué fue de 8,8. Nuestra hipótesis es que se están rompiendo las partes más altas de la fosa o que en el sismo de 1985 no se produjo el desplazamiento que creímos en la zona sur... por eso llegó hasta esa zona".
Frecuencia de un terremoto "rompe todo"
Los terremotos que rompen segmentos ocurren con una frecuencia de cada 130 años por zona; los que "rompen todo", cada 300 o 400 años. Para Jeff Genrich, en esta zona de Chile el terremoto recién ocurrido ha liberado la mayoría del "stress" y ahora se iniciará un proceso de acumulación de energía. Para él no es esperable otro terremoto sobre 8 grados en esta parte del territorio, pero no puede descartar con certeza eventos de 7 grados y algo más.
No se esperan más tsunamis
Herman Fritz, especialista en tsunamis, señala que, una vez que un maremoto ocurre, es poco esperable otro en la misma región en un tiempo cercano. "El tsunami es menos probable que el terremoto y por eso es importante que la gente siga haciendo su vida normal". Eso sí, Robert Weiss señala que nada se puede asegurar con total certeza. Por ejemplo, podría ocurrir un terremoto en Japón y eso provocaría un tsunami en las costas de Chile, pero allí se cuenta con 15 horas para avisar a la población. De ahí la importancia de que exista un sistema de alerta eficaz.
Educar para correr
Fritz cita el ejemplo de las Islas Salomón, una zona con alta incidencia de tsunamis Recientemente ocurrieron tres en un lapso de dos años. El último fenómeno fue un sismo de 7,2 grados, "pero no murió nadie con el tsunami asociado, gracias a la educación de la población". Robert Weiss aclara que la educación no es sinónimo de evacuar, por eso las autoridades deben ser cuidadosas a la hora de alertar a las personas. "Si se produce un sismo como el de hoy (jueves), la gente va a ir muy ordenada hacia los cerros, porque aún tiene miedo, pero quizás, si ocurre un tercer sismo, la población no estimará necesario ir. Lo primero que tiene que hacer la gente es aprender que, si no puede sostenerse en pie, si observa que se caen las torres de alumbrado, no debe esperar ninguna señal y debe ir a una zona segura, que, por lo demás, no debería estar a más de ocho minutos caminando desde la playa", señala.
¿Qué se espera para el norte?
En el norte de Chile y el sur de Perú, una sección de la placa no se ha roto. En 1995 hubo un terremoto grado 8 bajo la base de Cerro Moreno en Antofagasta, y en Tocopilla, uno grado 7 en noviembre de 2007. Hay una energía que debe liberarse, por eso en el norte grande hay una "ventana sísmica" identificada. Barrientos cree que puede haber un gran terremoto o pequeños sismos, como han sucedido en Tocopilla y Antofagasta. Para Jeff Genrich no es suficiente la liberación de todo ese "stress" con esos pequeños terremotos y su hipótesis es que aún debiera suceder uno de mayor magnitud.
Expertos
Marisol Olivares y Camila Carreño El jueves 11 de marzo, a la hora de la réplica del terremoto, los militares de la zona de Constitución tenían una preocupación especial: evacuar a los científicos extranjeros que por estos días han llegado a trabajar en lo que se ha convertido en un laboratorio viviente. Vienen a medir la longitud de las olas, las marcas de agua del tsunami , los patrones de daños de la zona, cuánto se desplazaron las ciudades, el levantamiento o hundimiento de la costa.
La ciencia apuesta a que el terremoto de 8,8 grados, ocurrido el 27 de febrero y el posterior tsunami, va a ser el mejor medido en la historia y su aporte para la ciencia va a ser invaluable.
Mientras los soldados los buscaban en la zona cercana a la Isla de Constitución, donde estaban instalando desde sismógrafos hasta GPS, los científicos empezaban a hacer sus apuestas.
El suizo Herman Fritz, del Georgia Institute of Technology, trataba de comunicarse por su blackberry para saber la magnitud exacta, mientras el griego Nikos Halligeris, doctorado en Ingeniería Ambiental de la Universidad Técnica de Creta, apostaba que no superaba los 7 grados. Cuando los militares llegaron a evacuarlos por la alarma de tsunami , el profesor de Geología y Geociencia, el alemán Robert Weiss, de la U. de Texas, no quería salir del lugar; sabía que lo que menos iba a suceder allí era un maremoto.
La gente, atemorizada por la ola de 15 metros que hace dos semanas hizo que el agua llegara hasta la Plaza de Armas, seguía obedientemente a los militares para refugiarse en los cerros, mientras una mujer contaba que no le temía a los terremotos hasta que quedó atrapada en su casa bajo una muralla de adobes.
Todos los días un grupo nuevo de científicos desembarca en el país y viaja a la zona de la catástrofe.
No siempre se puede medir la magnitud de un terremoto, puesto que las condiciones de seguridad y de desarrollo de un país no siempre lo permiten. Así ha ocurrido con los sismos de Sumatra y Haití, tal como con el desastroso tsunami de Somalía, donde no hubo temblor y, como no había un sistema de alarma, murieron miles de personas.
En Chile, en cambio, las condiciones para estudiar son ideales.
Nikos Halligeris despertó el 28 de febrero en su casa en Grecia y vio que tenía 12 mensajes en su bandeja de entrada. Antes de leer el "asunto", supo que en algún lugar del mundo había habido un tsunami y se dispuso viajar a verlo en persona.
Jeff Genrich, profesor del Instituto de Tecnología de California, apenas se enteró del terremoto en Chile, hizo su maleta y se fue al aeropuerto. Tomó todos los aviones necesarios: Miami, Sao Paulo, Montevideo, Buenos Aires, y cruzó la Cordillera de los Andes por tierra, debido al colapso de nuestro aeropuerto.
Ellos, junto a otros de sus colegas, fueron convocados por "El Mercurio" para sostener una "cita cumbre" de especialistas internacionales. Con su apariencia de niños exploradores, agradecieron las galletas que había en el encuentro. Los científicos en terreno comen poco, compran las provisiones que encuentran y aprovechan la comida que les ofrecen. Las pocas horas de sueño tampoco importan: cada noche duermen, en promedio, tres o cuatro, pero están acá por la ciencia. Por eso en el salón principal de la Municipalidad de Constitución, junto con el Director de Sismología de la U. de Chile, Sergio Barrientos, intercambiaron hallazgos, conocimientos, hipótesis y conclusiones. Y una síntesis de esos diálogos entregamos a continuación.
Se alejan las réplicas
La creencia popular de que las réplicas no pueden ser tan fuertes como el terremoto, y que deben ser al menos sobre 6,5 grados, son correctas, señala el profesor Barrientos, y agrega que vamos a sentir "réplicas sensibles por al menos un par de meses y a nivel instrumental por un año". "Pero no puede haber una réplica tan fuerte como el terremoto, porque la tierra no alcanza a acumular tanta energía, por lo tanto, no es posible que ocurra", agrega.
Jeff Genrich, del Institute of Technology de California, señala que, en la medida en que pasan los días, las probabilidades de que ocurran réplicas van disminuyendo, y así también su magnitud. Todos concuerdan que el sismo de 6,9 grados de este jueves en Rancagua correspondió a las réplicas esperables.
No hay cambio de epicentro
Si el terremoto tiene como epicentro Cobquecura y las réplicas ocurren en Rancagua, no significa que haya un cambio de epicentro. "Lo que ocurre es que el epicentro es el lugar donde se inicia la fractura; comienza frente a Cobquecura y se propaga tanto hacia el norte como hacia el sur, cubriendo alrededor de 500 km. Por eso uno esperaría réplicas y temblores en toda esta zona", explica Barrientos. Lo que de ninguna manera puede suceder, concuerdan los expertos, es que una réplica tenga como epicentro el norte grande o chico, o el extremo sur: eso se trataría de un evento independiente.
"Un terremoto anormal"
Si se compara este terremoto con otro sucedido en Chile, el más parecido es el megaterremoto de Valdivia, pero en una versión menor. Si el terremoto de 1960 desplazó a Valdivia en 20 metros, el de febrero pasado movió Concepción entre 10 y 14 metros. Ambos produjeron tsunamis , y ambos fueron terremotos anormales, debido a su magnitud. "Son extraños los terremotos de 8,8 y más los de 9,3", dice Barrientos. Pero lo más anormal del último terremoto fue la mezcla entre extensión y magnitud. "Nosotros esperábamos uno de 8,5 grados, por eso estamos estudiando por qué fue de 8,8. Nuestra hipótesis es que se están rompiendo las partes más altas de la fosa o que en el sismo de 1985 no se produjo el desplazamiento que creímos en la zona sur... por eso llegó hasta esa zona".
Frecuencia de un terremoto "rompe todo"
Los terremotos que rompen segmentos ocurren con una frecuencia de cada 130 años por zona; los que "rompen todo", cada 300 o 400 años. Para Jeff Genrich, en esta zona de Chile el terremoto recién ocurrido ha liberado la mayoría del "stress" y ahora se iniciará un proceso de acumulación de energía. Para él no es esperable otro terremoto sobre 8 grados en esta parte del territorio, pero no puede descartar con certeza eventos de 7 grados y algo más.
No se esperan más tsunamis
Herman Fritz, especialista en tsunamis, señala que, una vez que un maremoto ocurre, es poco esperable otro en la misma región en un tiempo cercano. "El tsunami es menos probable que el terremoto y por eso es importante que la gente siga haciendo su vida normal". Eso sí, Robert Weiss señala que nada se puede asegurar con total certeza. Por ejemplo, podría ocurrir un terremoto en Japón y eso provocaría un tsunami en las costas de Chile, pero allí se cuenta con 15 horas para avisar a la población. De ahí la importancia de que exista un sistema de alerta eficaz.
Educar para correr
Fritz cita el ejemplo de las Islas Salomón, una zona con alta incidencia de tsunamis Recientemente ocurrieron tres en un lapso de dos años. El último fenómeno fue un sismo de 7,2 grados, "pero no murió nadie con el tsunami asociado, gracias a la educación de la población". Robert Weiss aclara que la educación no es sinónimo de evacuar, por eso las autoridades deben ser cuidadosas a la hora de alertar a las personas. "Si se produce un sismo como el de hoy (jueves), la gente va a ir muy ordenada hacia los cerros, porque aún tiene miedo, pero quizás, si ocurre un tercer sismo, la población no estimará necesario ir. Lo primero que tiene que hacer la gente es aprender que, si no puede sostenerse en pie, si observa que se caen las torres de alumbrado, no debe esperar ninguna señal y debe ir a una zona segura, que, por lo demás, no debería estar a más de ocho minutos caminando desde la playa", señala.
¿Qué se espera para el norte?
En el norte de Chile y el sur de Perú, una sección de la placa no se ha roto. En 1995 hubo un terremoto grado 8 bajo la base de Cerro Moreno en Antofagasta, y en Tocopilla, uno grado 7 en noviembre de 2007. Hay una energía que debe liberarse, por eso en el norte grande hay una "ventana sísmica" identificada. Barrientos cree que puede haber un gran terremoto o pequeños sismos, como han sucedido en Tocopilla y Antofagasta. Para Jeff Genrich no es suficiente la liberación de todo ese "stress" con esos pequeños terremotos y su hipótesis es que aún debiera suceder uno de mayor magnitud.
Expertos
Nikos Halligeris
Doctorado en Ingeniería Ambiental en la Universidad Técnica de Creta, se ha desarrollado en el área de la geofísica y se ha especializado en tsunamis. A sus 27 años ya ha estudiado el de Sumatra y el terremoto de Haití.
Claves de seguridad
Doctorado en Ingeniería Ambiental en la Universidad Técnica de Creta, se ha desarrollado en el área de la geofísica y se ha especializado en tsunamis. A sus 27 años ya ha estudiado el de Sumatra y el terremoto de Haití.
Claves de seguridad
Los especialistas en tsunamis Robert Weiss y Herman Fritz explican que la población debería conocer ciertas especificaciones para reconocer cuándo hay posibilidad de tsunami. Estas son algunas:
1. Si el temblor dura más de 30 segundos
2. Si el mar se recoge
3. Si se escucha un ruido extraño del mar, que ellos describen como un rugido similar al sonido de un tren.
También aconsejan a las autoridades sobre las mejores medidas de evacuación:
1. Las señaléticas de evacuación deberían ser en color azul, y no verde como son en Chile, porque en la noche se distinguen mejor.
2. Se debe volver a educar a los niños desde pequeños, con las operaciones Deyse, aunque no vivan en zonas costeras.
3. La zona segura debe estar máximo a ocho minutos caminando desde la costa.
4. La gente tiene que saber de manera mecánica adónde ir en caso de evacuación, para que pueda llegar a la zona segura aunque esté nerviosa, desorientada, o sea de noche.
Derribando mitos sísmicos
1. Si el temblor dura más de 30 segundos
2. Si el mar se recoge
3. Si se escucha un ruido extraño del mar, que ellos describen como un rugido similar al sonido de un tren.
También aconsejan a las autoridades sobre las mejores medidas de evacuación:
1. Las señaléticas de evacuación deberían ser en color azul, y no verde como son en Chile, porque en la noche se distinguen mejor.
2. Se debe volver a educar a los niños desde pequeños, con las operaciones Deyse, aunque no vivan en zonas costeras.
3. La zona segura debe estar máximo a ocho minutos caminando desde la costa.
4. La gente tiene que saber de manera mecánica adónde ir en caso de evacuación, para que pueda llegar a la zona segura aunque esté nerviosa, desorientada, o sea de noche.
Derribando mitos sísmicos
1. La magnitud de los terremotos va en aumento: Si el de 1985 fue de 7,8, y el de 2010 fue de 8,8, ¿entonces el próximo debiera ser aún mayor? Falso. Ha habido muchos terremotos entre esos años y han sido de menor magnitud y, de todas maneras, el más grande sigue siendo el ocurrido en 1960.
2. La energía se libera cada 25 años: No tiene ninguna relación. En Chile ha habido muchos terremotos en el norte que han sido cercanos en el tiempo, y en los que se ha liberado energía más seguido.
3. El cambio de clima llama a terremoto o a temblor: No hay ninguna relación científica entre el cambio en el tiempo y los sismos.
4. La réplica que viene va a ser más fuerte que el terremoto: Los terremotos se producen por una acumulación de energía durante años, por eso la réplica no debería ser de tal magnitud de nuevo, y, por lo mismo, tampoco debería haber otro tsunami .
5. Cada vez que tiemble se debe evacuar: Se debe evacuar cuando se está cerca del mar y el terremoto es sobre 7,5 o no permita caminar, desplace casas de madera o derribe torres. No se debe esperar a que el mar se empiece a recoger. Cuando se está en una construcción firme, antimaremoto, en un piso alto (sobre el piso 9) es mejor pasar allí un tsunami .
6. Los terremotos matan personas: Los terremotos no matan personas, lo hacen las malas construcciones. Por eso se deben chequear con ingenieros estructurales, son ellos los únicos profesionales válidos en estructuras antisísmicas.
7. Si ocurrió un terremoto en un lugar, no puede ocurrir otro tan fuerte en el mismo lugar: Sí, puede suceder, porque depende de los sectores de las placas que se vean o no afectadas.
8. No puede haber dos maremotos en el mismo lugar cercanos en el tiempo: Es poco probable que ocurra, pero la historia desmiente este mito. En Arica hubo dos maremotos en menos de una década, porque la ciudad fue afectada por terremotos distintos en Perú y, más al sur, en Chile.
9. Varios temblores impiden que se produzca un terremoto de gran intensidad: No es cierto. Aunque haya pequeñas liberaciones de energía, éstas no evitarían que se produzca un terremoto si ya hay una gran cantidad de energía acumulada.
2. La energía se libera cada 25 años: No tiene ninguna relación. En Chile ha habido muchos terremotos en el norte que han sido cercanos en el tiempo, y en los que se ha liberado energía más seguido.
3. El cambio de clima llama a terremoto o a temblor: No hay ninguna relación científica entre el cambio en el tiempo y los sismos.
4. La réplica que viene va a ser más fuerte que el terremoto: Los terremotos se producen por una acumulación de energía durante años, por eso la réplica no debería ser de tal magnitud de nuevo, y, por lo mismo, tampoco debería haber otro tsunami .
5. Cada vez que tiemble se debe evacuar: Se debe evacuar cuando se está cerca del mar y el terremoto es sobre 7,5 o no permita caminar, desplace casas de madera o derribe torres. No se debe esperar a que el mar se empiece a recoger. Cuando se está en una construcción firme, antimaremoto, en un piso alto (sobre el piso 9) es mejor pasar allí un tsunami .
6. Los terremotos matan personas: Los terremotos no matan personas, lo hacen las malas construcciones. Por eso se deben chequear con ingenieros estructurales, son ellos los únicos profesionales válidos en estructuras antisísmicas.
7. Si ocurrió un terremoto en un lugar, no puede ocurrir otro tan fuerte en el mismo lugar: Sí, puede suceder, porque depende de los sectores de las placas que se vean o no afectadas.
8. No puede haber dos maremotos en el mismo lugar cercanos en el tiempo: Es poco probable que ocurra, pero la historia desmiente este mito. En Arica hubo dos maremotos en menos de una década, porque la ciudad fue afectada por terremotos distintos en Perú y, más al sur, en Chile.
9. Varios temblores impiden que se produzca un terremoto de gran intensidad: No es cierto. Aunque haya pequeñas liberaciones de energía, éstas no evitarían que se produzca un terremoto si ya hay una gran cantidad de energía acumulada.
Creo que algún organismo del estado o alguna organizacion privada debiera, aprovechar esta enorme oportunidad de recolectar experiencias que permitan mejorar las condiciones para enfrentar nuevas emergencia , (no solo los terremotos) y con esto evitar perdidas humanas y materiales, por ejemplo un amigo me comento que su edificio sufrio pocos daños con el terremoto, sin embargo luego de varios dias de estar la ciudad de Contitucion sin agua potable, se repararon las fallas de la red y se dio el agua en la noche, pero como el agua no se habia cortado en el dificio, este se vio afectado por las fallas de sus redes internas las que mojaron y humedeciero el lugar haciedo al edificio mas vulnerables a eventuales replicas y con el consiguiente daño a los vienes de las personas. esto se pudiera haber evitado si la TV o Radios informaran lo que la gente tendra que hacer luego de la castatrofe y no tanto recalcar los daños que ya ocurriero sino que motivar a las personas a protejer su integridad y sus bienes. "ENORME OPORTUNIDAD DE CREAR UNA GRAN BASE DE DATOS DE LO QUE SE DEBE HACER PREVIO Y POSTERIOR A UNA EMERGENCIA"PARA DAR A CONOCER Y/O RECORDAR EN LOS MEDIOS DE COMUNICACION A LA POBLACIÓN.
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