26 de abril de 2012

Triduo a Nuestra Señora del Buen Consejo- Día III




TERCER DÍA
MARÍA, SALUD DE LOS ENFERMOS

Del Evangelio según San Mateo (16, 21.24-27)

Desde aquel día, Jesús comenzó a anunciar a sus discípulos que debía ir a Jerusalén, y sufrir mucho de parte de los ancianos, de los sumos sacerdotes y de los escribas; que debía ser condenado a muerte y resucitar al tercer día. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: «El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida a causa de mí, la encontrará. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar el hombre a cambio de su vida?
Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, rodeado de sus ángeles, y entonces pagará a cada uno de acuerdo con sus obras.
Reflexión

En la cruz está la salvación, en la cruz la vida, en la cruz está la defensa de los enemigos, en la cruz está la infusión de la suavidad soberana, en la cruz está la fortaleza del corazón, en la cruz está el gozo del espíritu, en la cruz está la suma virtud, en la cruz está la perfección de la santidad.

No está la salud del alma, ni la esperanza de la vida eterna, sino en la cruz.
Toma, pues, tu cruz, y sigue a Jesús, e irás a la vida eterna.
Él vino primero, y llevó su cruz y murió en la cruz por ti; porque también la lleves, y desees morir en ella.
Porque si murieres juntamente con El, vivirás con El.
Y si fueres compañero de la pena, lo serás también de la gloria.
Mira que todo consiste en la cruz, y todo está en morir en ella.
Y no hay otra vía para la vida, y para la verdadera entrañable paz, sino la vía de la santa cruz y continua mortificación.
Ve donde quisieres, busca lo que quisieres, y no hallarás más alto camino en lo alto, ni más seguro en lo bajo, sino la vía de la santa cruz.
Dispón y ordena todas las cosas según tu querer y parecer, y no hallarás sino que has de padecer algo, o de grado o por fuerza: y así siempre hallarás la cruz.
Vuélvete arriba, vuélvete abajo, vuélvete fuera, vuélvete dentro, y en todo esto hallarás cruz. Y es necesario que en todo lugar tengas paciencia, si quieres tener paz interior, y merecer perpetua corona.
Si de buena voluntad llevas la cruz, ella te llevará, y guiará al fin deseado, adonde será el fin del padecer, aunque aquí no lo sea.

Si contra tu voluntad la llevas, será para ti un peso siempre más aplastante. Si desechas una cruz, sin duda hallarás otra, y puede ser que más pesada.
Toda la vida de Cristo fue cruz y martirio, y ¿buscas para ti holganza y gozo?

(Tomás de Kempis, La Imitación de Cristo)

Dios te salve, María...

Oración

Virgen Santa, Madre del Buen Consejo, no te olvides de las tristezas de nuestra tierra. Mira con bondad a quienes sufren, a los que luchan contra la adversidad, a quienes no cesan de morderse los labios ante las amarguras de la vida.
Ten compasión de quienes experimentan la soledad del corazón y de los se sienten débiles en la fe. Ten compasión de los que lloran, de los que oran, de los que tienen miedo.
A todos danos la esperanza y la paz.
Amén.
(Abbé Perreyre)

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