TERCER
DÍA
MARÍA,
SALUD
DE
LOS
ENFERMOS
Del
Evangelio
según
San
Mateo
(16,
21.24-27)
Desde
aquel
día,
Jesús
comenzó
a
anunciar
a
sus
discípulos
que
debía
ir
a
Jerusalén,
y
sufrir
mucho
de
parte
de
los
ancianos,
de
los
sumos
sacerdotes
y
de
los
escribas;
que
debía
ser
condenado
a
muerte
y
resucitar
al
tercer
día. Entonces
Jesús
dijo
a
sus
discípulos:
«El
que
quiera
venir
detrás
de
mí,
que
renuncie
a
sí
mismo,
que
cargue
con
su
cruz
y
me
siga.
Porque
el
que
quiera
salvar
su
vida,
la
perderá;
y
el
que
pierda
su
vida
a
causa
de
mí,
la
encontrará. ¿De
qué
le
servirá
al
hombre
ganar
el
mundo
entero
si
pierde
su
vida?
¿Y
qué
podrá
dar
el
hombre
a
cambio
de
su
vida?
Porque
el
Hijo
del
hombre
vendrá
en
la
gloria
de
su
Padre,
rodeado
de
sus
ángeles,
y
entonces
pagará
a
cada
uno
de
acuerdo
con
sus
obras.
Reflexión
En
la
cruz
está
la
salvación,
en
la
cruz
la
vida,
en
la
cruz
está
la
defensa
de
los
enemigos,
en
la
cruz
está
la
infusión
de
la
suavidad
soberana,
en
la
cruz
está
la
fortaleza
del
corazón,
en
la
cruz
está
el
gozo
del
espíritu,
en
la
cruz
está
la
suma
virtud,
en
la
cruz
está
la
perfección
de
la
santidad.
No
está
la
salud
del
alma,
ni
la
esperanza
de
la
vida
eterna,
sino
en
la
cruz.
Toma,
pues,
tu
cruz,
y
sigue
a
Jesús,
e
irás
a
la
vida
eterna.
Él
vino
primero,
y
llevó
su
cruz
y
murió
en
la
cruz
por
ti;
porque
tú
también
la
lleves,
y
desees
morir
en
ella.
Porque
si
murieres
juntamente
con
El,
vivirás
con
El.
Y
si
fueres
compañero
de
la
pena,
lo
serás
también
de
la
gloria.
Mira
que
todo
consiste
en
la
cruz,
y
todo
está
en
morir
en
ella.
Y
no
hay
otra
vía
para
la
vida,
y
para
la
verdadera
entrañable
paz,
sino
la
vía
de
la
santa
cruz
y
continua
mortificación.
Ve
donde
quisieres,
busca
lo
que
quisieres,
y
no
hallarás
más
alto
camino
en
lo
alto,
ni
más
seguro
en
lo
bajo,
sino
la
vía
de
la
santa
cruz.
Dispón
y
ordena
todas
las
cosas
según
tu
querer
y
parecer,
y
no
hallarás
sino
que
has
de
padecer
algo,
o
de
grado
o
por
fuerza:
y
así
siempre
hallarás
la
cruz.
Vuélvete
arriba,
vuélvete
abajo,
vuélvete
fuera,
vuélvete
dentro,
y
en
todo
esto
hallarás
cruz.
Y
es
necesario
que
en
todo
lugar
tengas
paciencia,
si
quieres
tener
paz
interior,
y
merecer
perpetua
corona.
Si
de
buena
voluntad
llevas
la
cruz,
ella
te
llevará,
y
guiará
al
fin
deseado,
adonde
será
el
fin
del
padecer,
aunque
aquí
no
lo
sea.
Si
contra
tu
voluntad
la
llevas,
será
para
ti
un
peso
siempre
más
aplastante.
Si
desechas
una
cruz,
sin
duda
hallarás
otra,
y
puede
ser
que
más
pesada.
Toda
la
vida
de
Cristo
fue
cruz
y
martirio,
y
tú
¿buscas
para
ti
holganza
y
gozo?
(Tomás
de
Kempis,
La
Imitación
de
Cristo)
Dios
te
salve,
María...
Oración
Virgen
Santa,
Madre
del
Buen
Consejo,
no
te
olvides
de
las
tristezas
de
nuestra
tierra.
Mira
con
bondad
a
quienes
sufren,
a
los
que
luchan
contra
la
adversidad,
a
quienes
no
cesan
de
morderse
los
labios
ante
las
amarguras
de
la
vida.
Ten
compasión
de
quienes
experimentan
la
soledad
del
corazón
y
de
los
se
sienten
débiles
en
la
fe.
Ten
compasión
de
los
que
lloran,
de
los
que
oran,
de
los
que
tienen
miedo.
A
todos
danos
la
esperanza
y
la
paz.
Amén.
(Abbé
Perreyre)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
¿Quieres comentar esta noticia?