16 de marzo de 2010

¡Basta!

Un amigo tiene un primo lejano que conoce a alguien que trabaja en la Onemi. Y a él le avisaron que "el miércoles en la noche viene la réplica más fuerte". La polola del hermano de un ex compañero de colegio es enfermera en un hospital de Temuco. Y les dijeron que estuvieran preparados el viernes en la mañana, porque "viene un terremoto". O tal vez es el vecino de un colega, que supo (“de muy buena fuente”) que el temblor en verdad será "el domingo, a eso del mediodía, y con tsunami incluido".

Todos hemos escuchado una historia parecida en estos días. Nos llamaron por teléfono, nos rebotaron un mail, nos llegó un RT por twitter. Y muchos decidieron tomar a su vez el teléfono, rebotar el mail o retuitear el mensaje. Y así, le dieron más gasolina al inagotable motor del rumor.

Basta. Por favor, basta.
 
Basta, porque, aunque a estas alturas parezca increíble tener que explicarlo de nuevo, nadie puede predecir la fecha, hora o lugar de un terremoto. Tenemos datos generales, claro (Chile es un país sísmico, después de un terremoto como el del 27/2 vienen meses de réplicas), pero nadie sabe exactamente cuándo y dónde vendrán los próximos remezones. Nadie.
 
Basta, porque esta ola de rumores no es inocente. Desinforma, provoca temor y pánico. Hace a la gente actuar irracionalmente. Y la distrae de lo que sí debe saber. De las verdaderas recomendaciones que personas especializadas (sismólogos, autoridades, expertos en emergencias) entregan para enfrentar estos días difíciles.
 
Basta, porque en un mundo interconectado todos tenemos responsabilidad. Porque cada uno de nosotros es (a través de su twitter, de su facebook, de su mail) un medio de comunicación. Y los actos de cada uno de nosotros sí hacen la diferencia.
 
Por supuesto, la responsabilidad de los medios masivos es aun mayor. Y ahí tenemos varios ejemplos poco edificantes. Un periódico entrevista a un tarotista. Otro, a un “sicomago”, y publica sus aseveraciones con el mismo espacio y énfasis que si se tratara de un sismólogo o un experto en tsunamis.
 
Un programa de TV va más allá. Trae a Chile desde El Salvador a un autoproclamado “mago”, presentado como “el hombre que predijo el terremoto”. En efecto, en sus predicciones para el año, entre varias posibles catástrofes, el tipo había deslizado un terremoto en Chile.
 
Claro que basta bucear un rato en la prensa salvadoreña para dar con sus predicciones para 2009 que incluyen, adivinen: ¡¡un terremoto para Chile!! Claro, no es muy difícil el ejercicio. Si uno se pasa un par de años prediciendo terremotos para Chile, seguro que alguna vez le apunta.
 
Menos suerte tuvo el “mago” de marras con sus pronósticos para 1999. En julio, aseveró entonces, el enorme planeta rojo Hercóbulus dominaría el cielo. Yo no lo vi. Tampoco aposté los números del Loto predichos para este domingo por el mago. No le apuntó a ninguno. Pero de eso se trata su negocio. De tirar los dados una y otra vez. Por pura probabilidad, alguna vez saldrá el número, y él tendrá su minuto de fama y dinero.
 
Los charlatanes no son historia nueva. Siempre han existido, y siempre han aprovechado esos puntos en que la ciencia no da explicaciones ni certezas. Este es uno de esos momentos. Que los charlatanes intenten sacar provecho de él, es inevitable. Lo que sí podemos evitar es convertirnos en cómplices de ellos. Todos nosotros. Nos haremos un bien como sociedad.

Por eso, por favor basta.

2 comentarios:

  1. Dicho en el buen lunfardo argentino: basta de giladas. Me parece excelente esta "advertencia de antisismos psicológicos".
    Fernando

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  2. Jajajajaja, grande Fernando!!
    (Hasta que pudiste comentar), un abrazo y mi reconocimiento como lector de este blog.

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