22 de mayo de 2011

Plegaria a Santa Rita de Cascia

¡Oh gloriosa Santa Rita de Casia!
Con el alma llena de confianza 
por los continuos favores 
que alcanzas del cielo en bien de tus fieles devotos, 
vengo hoy a tu presencia, 
a rogarte que intercedas 
con tu Amado Esposo y Redentor del mundo, 
a fin de que oiga benigno 
lo que solicito de su gran poder e infinita misericordia. 
A ti, 
que recibiste 
en el transcurso de tu larga y santa vida,
tantas y tan repetidas muestras
de ser un alma privilegiada de su Amor,
te atenderá bondadoso,
si le ruegas por mí
con ese ardiente fervor que siempre te animaba
cuando te postrabas a orar a los pies del santo Crucifijo. 

[Aquí se dice lo que se ha de pedir]
 
Por tus grandes méritos
de pronta obediencia al dictamen de tus queridos padres:
de abnegada resignación antes las asperezas de tu esposo;
de caritativa y heroica inmolación
de tus pequeños y amados hijos;
de aguda pena al ver las dificultades que tuviste
para ingresar en la morada de tus anhelos, 
el claustro religioso;
por los intensos dolores causados por la espina en tu frente; pide, Santa Gloriosa,
me otorgue lo que por tu mediación
con ansia vivísima desea mi alma.
Si Él quiere puede concedérmelo,
pues su mano divina es omnipotente
en el cielo y en la tierra. 

Si fuera para mayor gloria del Altísimo
y bien de mi alma,
que vea presto escuchada y atendida la petición,
cuyo buen resultado, a ruego tuyo,
confío obtener del poder y bondad
de su paternal corazón. Así sea. 

Santa Rita de Casia, abogada de los imposibles,
ruega por tu devoto.

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