7 de abril de 2011

CUARESMA CON SAN AGUSTÍN: Jueves IV Semana: ¿Cuál es la vida eterna?



Si yo diera testimonio de mí mismo,
mi testimonio no valdría.
Pero hay otro que da testimonio de mí,
y yo sé que ese testimonio es verdadero.
Ustedes mismos mandaron preguntar a Juan,
y él ha dado testimonio de la verdad.
No es que yo dependa del testimonio de un hombre;
si digo esto es para la salvación de ustedes.
Juan era la lámpara que arde y resplandece,
y ustedes han querido gozar un instante de su luz.
Pero el testimonio que yo tengo
es mayor que el de Juan:
son las obras que el Padre me encargó llevar a cabo.
Estas obras que yo realizo
atestiguan que mi Padre me ha enviado.
Y el Padre que me envió
ha dado testimonio de mí.
Ustedes nunca han escuchado su voz
ni han visto su rostro,
y su palabra no permanece en ustedes,
porque no creen al que él envió.
Ustedes examinan las Escrituras,
porque en ellas piensan encontrar Vida eterna:
ellas dan testimonio de mí,
y sin embargo, ustedes no quieren venir a mí
para tener Vida.
Mi gloria no viene de los hombres.
Además, yo los conozco:
el amor de Dios no está en ustedes.
He venido en nombre de mi Padre
y ustedes no me reciben,
pero si otro viene en su propio nombre,
a ese sí lo van a recibir.
¿Cómo es posible que crean,
ustedes que se glorifican unos a otros
y no se preocupan
por la gloria que viene sólo de Dios?
No piensen que soy yo el que los acusaré ante el Padre;
el que los acusará será Moisés,
en el que ustedes han puesto su esperanza.
Si creyeran en Moisés,
también creerían en mí,
porque él ha escrito acerca de mí.
Pero si no creen lo que él ha escrito,
¿cómo creerán lo que yo les digo?». 
 
Jn 5, 31-47



«¿Por qué creen que en las Escrituras está la vida eterna? Preguntadle a ellas de quién dan testimonio y veréis cuál es la vida eterna. Por defender a Moisés ellos quieren repudiar a Cristo, diciendo que se opone a las instituciones y preceptos de Moisés.

«Pero Jesús los deja convictos de su error, sirviéndose como de otra antorcha... Moisés dio testimonio de Cristo, Juan dio testimonio de Cristo y los profetas y apóstoles dieron también testimonio de Cristo... Y Él mismo, por encima de todos estos testimonios, pone el testimonio de sus obras. Y Dios da testimonio de su Hijo de otra manera: muestra a su Hijo por su Hijo mismo, y por su Hijo se muestra a Sí mismo. El hombre que logre llegar a Él no tendrá ya necesidad de antorcha y, avanzando en lo profundo, edificará sobre roca viva» 
Tratado 23 sobre el Evangelio de San Juan, 2-4.

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