30 de marzo de 2011

CUARESMA CON SAN AGUSTÍN: Miércoles III Semana: Enseñar el bien sin practicarlo... ¿por qué?



No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Les aseguro que no desaparecerá ni una i ni una coma de la Ley, antes que desaparezcan el cielo y la tierra, hasta que todo se realice. El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos. 

Mt 5, 17-19
...¿Cuántos fueron los peces? Arrastraron las redes, que contenían ciento cincuenta y tres peces. Y el evangelista añadió algo muy importante: Y, a pesar de ser tantos, es decir, tan grandes, no se rompió la red (Jn 21,11). Serán grandes, pero no habrá herejías, y no habrá herejías porque los peces serán grandes. ¿Quiénes son esos peces grandes? Lee las palabras del Señor en el Evangelio y encontrarás quiénes son. Dice, en efecto, en cierto lugar: No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos (Mt 5,17.19). Dice dos cosas: quien violare y enseñare; quien los viole viviendo mal, aunque enseñe el bien. Pero, ¿en qué reino de los cielos? En la Iglesia del tiempo presente, porque también a ella se la llama "reino de los cielos". En efecto, si no se llamara reino de los cielos también a esta Iglesia que reúne en sí a buenoy y malos, no diría el Señor en la parábola: El reino de los cielos es semejante a una red barredera que se echa al mar y coge peces de toda especie...
A veces en el mar nadan juntos peces buenos y malos; de idéntica manera, en este reino de los cielos, es decir, en la Iglesia de este tiempo, es considerado como el menor el que enseña el bien y practica el mal, pues en ella se encuentra también él. No está excluido de ella; está en el reino de los cielos, es decir, en la Iglesia tal cual es el tiempo presente. Enseña el bien y practica el mal, pero es necesario; es como un mercenario. En verdad les digo, afirma el Señor, ellos ya recibieron su recompensa (Mt 6,2). Sirven para algo, pues si de nada sirviesen los que enseñan el bien y practican el mal, no hubiese dicho el mismo Señor a su pueblo: Los escribas y fariseos ocupan la cátedra de Moisés; ustedes hagan y cumplan todo lo que ellos les digan, pero no se guíen por sus obras, porque no hacen lo que dicen (Mt 23,2-3).

Sermón 251,3. 

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