Cuando el matrimonio se dedica generosamente a la educación de los hijos, guiando y orientándoles hacia el descubrimiento del diseño de amor de Dios, preparan ese fértil terreno espiritual donde maduran las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. Ésta es la reflexión ofrecida hoy por Benedicto XVI durante el Ángelus. Las palabras del Papa se han inspirado en el ejemplo de santa Mónica, de quien se ha celebrado esta semana su memoria litúrgica.
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