De Zenit e Iglesia.cl
Ayer conversaba con un hermano de comunidad, que trabaja en Cuba, de un sacerdote español que había vivido en Chile. Hoy me despierto y leo este artículo… se trata del mismo sacerdote de quien hablábamos ayer. Dios mío.
Mariano Arroyo Merino, había nacido en 1934 en Cabezón de la Sal, Cantabria
LA HABANA, martes, 14 de julio de 2009 (ZENIT.org).- Este lunes, 13 de julio, fue encontrado muerto en una de las habitaciones de la parroquia de Nuestra Señora de Regla, el sacerdote Mariano Arroyo Merino.
Los primeros informes indican que el sacerdote, de origen español, fue asesinado, según aclara a ZENIT el arzobispado de la capital cubana.
Según versiones de agencias informativas que citan a un portavoz de la Iglesia en Cuba, el P. Arroyo fue asesinado bajo torturas en la iglesia de Nuestra Señora de Regla, de la que era párroco, en las afueras de la capital.
La agencia de noticias ANSA menciona que el sacerdote fue apuñalado y quemado en algunas partes de su cuerpo, en una habitación situada en la parte superior de la parroquia.
Si la información se confirma, sería el segundo presbítero español asesinado en Cuba en lo que va de año, después de que el cuerpo del sacerdote de la arquidiócesis de Madrid, Eduardo de la Fuente Serrano, de 59 años, apareciera sin vida el pasado 14 de febrero.
El padre Mariano Arroyo había nacido el 20 de febrero de 1935, en Cabezón de la Sal, Cantabria. Fue ordenado sacerdote el 17 de abril de 1960. Poco después, en 1962, partió como misionero a Santiago de Chile, donde permaneció hasta 1968. De 1969 a 1979 trabaja nuevamente en Madrid, España, como párroco y formador del Seminario. En 1980 regresó a Chile, y prestó servicio en varias parroquias de la diócesis de Copiapó.
El padre Arroyo, quien era Licenciado en filosofía y teología por la Universidad Pontificia de Comillas, y Licenciado en filosofía y letras por la Complutense de Madrid, llegó a La Habana el 19 de enero de 1997.
En marzo siguiente el cardenal Jaime Ortega le nombra párroco de Nuestra Señora del Pilar, en La Habana, y en diciembre de 2004, le designa rector y párroco del Santuario Nacional de Nuestra Señora de Regla, ubicado frente a la bahía habanera.
"Allí permaneció hasta su muerte, desarrollando un intenso trabajo pastoral y desplegando un particular carisma hacia la religiosidad popular y el sincretismo religioso", explica el arzobispado de La Habana.
Durante su estancia en La Habana había sido también asesor del Movimiento de Trabajadores Cristianos y director del Instituto de ciencias religiosas "Padre Félix Varela".
La arquidiócesis de La Habana explica que en el momento en el que envió el informe estaba "en curso el proceso investigativo".
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