Mario Benedetti, poeta del amor y del exilio, muere en Montevideo a los 88 años. Tras una larga enfermedad que amagó varias veces con llevarse a este best seller de las letras uruguayas, de los sentimientos, a este popularizador de la poesía en español como casi ningún otro. La muerte, es decir, esa enfermedad pulmonar crónica que padecía, se lo llevó por delante tras su cuarto ingreso en un año en el hospital Impasa, de Montevideo.
Galardonado en 1999 con el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana y en 2005 con el Internacional Menéndez Pelayo, Benedetti abordó todos los géneros literarios, en los que reflejó una mirada crítica de izquierdas que le llevaría al exilio y a ser, hasta sus últimos días, un firme detractor de la política exterior de Estados Unidos. Sus poesías fueron cantadas por autores como Joan Manuel Serrat, Daniel Viglietti, Nacha Guevara, Luis Pastor o Pedro Guerra, y sus novelas más famosas llevadas al cine, como La tregua (1974) o Gracias por el fuego (1985), a cargo del director argentino Sergio Renán.
Este exponente por antonomasia de la llamada generación uruguaya de 1945, la "generación crítica", nació el 14 de septiembre de 1920 en Paso de los Toros, en el Departamento de Tacuarembo. En 1928 comenzó sus estudios primarios en el Colegio Alemán de Montevideo, donde, según contaba el propio Benedetti, gustaba de escribir en verso las lecciones e incluso sorprendió a sus maestros con un primer poema en ese idioma.
Las dificultades económicas solo le permitieron cursar un año de educación secundaria en el Liceo Miranda y después tuvo que ser casi autodidacta, compaginando los estudios con el trabajo, que comenzó a los 14 años en un taller de repuestos de automóvil. Antes de dedicarse a la escritura, Benedett hizo de taquígrafo, cajero, vendedor, librero, periodista, traductor, empleado público y comercial. Todos estos oficios supusieron un contacto con la realidad social de Uruguay que fue determinante a la hora de modelar su estilo y la esencia de su escritura.
Entre 1938 y 1941 residió en Buenos Aires y en 1945 ingresó en el semanario Marcha como redactor y publicó su primer libro, La víspera indeleble, de poesía. En 1949 Benedetti avanzó en su carrera periodística con su labor en la destacada revista literaria Número, compaginando al tiempo sus tareas de crítico con una carrera imparable como escritor. Así, en una década trepidante publicó obras como Esta mañana y otros cuentos (1949), Poemas de oficina (1956), Ida y vuelta (1958) y La tregua (1960).
Ya desde 1952 comenzó a implicarse de forma destacada en las protestas contra el tratado militar de Uruguay con Estados Unidos. Su primer viaje a Europa lo hizo en 1957, como corresponsal de Marcha y El diario. De 1961 data el libro Mejor es meneallo, que agrupa sus crónicas humorísticas, firmadas con el pseudónimo de Damocles. Residió en París entre 1966 y 1967, donde trabajó como traductor y locutor para la Radio y Televisión Francesa, y luego de taquígrafo y traductor para la UNESCO.
En 1968 fundó en La Habana el Centro de Investigaciones Literarias de la Casa de las Américas, que dirigió hasta 1971, y encabezó el Departamento de Literatura Latinoamericana de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad de Montevideo, entre 1971 y 1973. En los setenta desarrolló una intensa actividad política, como dirigente del Movimiento 26 de Marzo, del que fue cofundador en 1971 y al que representó en el Frente Amplio, coalición izquierdista que alcanzó el poder en 2005.
Páginas que esperan
Los restos del escritor Mario Benedetti recibieron sepultura ayer en medio de la congoja ciudadana por la pérdida de uno de los referentes de la cultura uruguaya. La muerte del escritor tuvo fuerte repercusión en países como la Argentina, España, Cuba y México, entre otros.
Una larga caravana encabezada por cuatro carrozas con ofrendas florales y una que portaba el féretro se dirigió hacia el Cementerio Central de Montevideo. Cuando el féretro fue bajado, varios centenares de personas aplaudieron.
Centenares de ofrendas florales se colocaron desde el lunes en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo, donde se celebró el velatorio. Junto a ramos de flores se apilaron lápices y bolígrafos, cumpliendo el deseo de Benedetti de que lo enterraran acompañado de un lápiz.
Con la muerte del escritor nacerá la Fundación Mario Benedetti, que velará por su obra. Una de las primeras labores de la fundación será cuidar de la publicación de los textos que Benedetti dejó terminados e inéditos: un libro de poemas y otro de textos breves.
El primero, Biografía para encontrarme, consta de 66 poemas. Benedetti se lo entregó hace meses a Jesús García Sánchez, responsable de la editorial. El libro saldrá en setiembre.
Se descarta la existencia de una novela inédita. Últimamente Benedetti sólo escribía textos breves. Son los que dieron lugar a un título como Vivir adrede, publicado por Alfaguara en 2007. Y los que se forman el libro inédito que Benedetti dejó terminado pero sin título.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
¿Quieres comentar esta noticia?