22 de abril de 2011

Canto Gregoriano: Secuencia "Stabat Mater" (Viernes Santo)




STABAT Mater dolorosa
iuxta Crucem lacrimosa,
dum pendebat Filius.

Cuius animam gementem,

contristatam et dolentem
pertransivit gladius.

O quam tristis et afflicta

fuit illa benedicta,
mater Unigeniti!

Quae maerebat et dolebat,

pia Mater, dum videbat
nati poenas inclyti.

Quis est homo qui non fleret,

matrem Christi si videret
in tanto supplicio?

Quis non posset contristari

Christi Matrem contemplari
dolentem cum Filio?

Pro peccatis suae gentis

vidit Iesum in tormentis,
et flagellis subditum.

Vidit suum dulcem Natum

moriendo desolatum,
dum emisit spiritum.

Eia, Mater, fons amoris

me sentire vim doloris
fac, ut tecum lugeam.

Fac, ut ardeat cor meum

in amando Christum Deum
ut sibi complaceam.

Sancta Mater, istud agas,

crucifixi fige plagas
cordi meo valide.

Tui Nati vulnerati,

tam dignati pro me pati,
poenas mecum divide.

Fac me tecum pie flere,

crucifixo condolere,
donec ego vixero.

Iuxta Crucem tecum stare,

et me tibi sociare
in planctu desidero.

Virgo virginum praeclara,

mihi iam non sis amara,
fac me tecum plangere.

Fac, ut portem Christi mortem,

passionis fac consortem,
et plagas recolere.

Fac me plagis vulnerari,

fac me Cruce inebriari,
et cruore Filii.

Flammis ne urar succensus,

per te, Virgo, sim defensus
in die iudicii.

Christe, cum sit hinc exire,

da per Matrem me venire
ad palmam victoriae.

Quando corpus morietur,

fac, ut animae donetur
paradisi gloria. Amen. 

+


Estaba la Madre de dolores
junto a la cruz llorando,
mientras su Hijo pendía.

Su alma llorosa,
triste y dolorida,
fué traspasada por una espada.

¡Oh cuán triste y afligida
estuvo aquella bendita Madre
del Unigénito.

Estaba triste y dolorosa,
como madre piadosa
al ver las penas de su divino Hijo.

¿Qué hombre no lloraría,
si viese a la Madre de Cristo
en tan atroz suplicio?

¿Quién no se contristaría,
al contemplar a la Madre de Cristo
dolerse con su Hijo?

Por los pecados de su pueblo,
vió a Jesús en los tormentos,
y sometido a los azotes.

Vió a su dulce Hijo
morir abandonado
cuando entregó su espíritu.

¡Oh Madre, fuente de amor,!
Haz que sienta yo la fuerza de tu dolor
para que contigo llore!

Haz que arda mi corazón
en amor de Cristo mi Dios,
para que así le agrade.

¡Oh santa Madre! haz esto:
graba las llagas del crucificado
en mi corazón hondamente!

De tu Hijo, lleno de heridas,
que se dignó padecer tanto por mi,
reparte conmigo las penas.

Haz que yo contigo piadosamente llore
y que me conduela del Crucificado,
mientras yo viva.

Haz que esté contigo junto a la cruz
pues deseo asociarme
contigo en el llanto.

¡Oh virgen la más ilustre de todas las vírgenes!
no seas dura para mi,
haz que contigo llore.

Haz que lleve la muerte de Cristo;
hazme socio de su pasión
y que venere sus llagas.

Haz que, herido con sus heridas,
sea yo embriagado con la cruz
y con la sangre de tu Hijo.

Para que no me queme y arda en llamas,
por ti, oh virgen, sea defendido
en el día del juicio.

¡Oh Cristo! cuando hubiere de salir de aquí,
dame por tu Madre
que llegue a la palma de la victoria.

Cuando el cuerpo feneciere,
haz que al alma se le dé
la gloria del paraíso. Amén.

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