10 de marzo de 2011

CUARESMA CON SAN AGUSTÍN: Jueves después de Ceniza: "El que pierda su vida por mi causa, la salvará".

"El Hijo del hombre, les dijo, debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día". Después dijo a todos: "El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda su vida por mí, la salvará. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde y arruina su vida? 

Lc 9, 22- 25
Los santos mártires no presumieron de sí mismos, sino que buscaron el apoyo en Cristo. Por eso vencieron. Escucha la voz de los santos mártires: Si el Señor no hubiera estado con nosotros -que lo diga Israel-, si el Señor no hubiera estado con nosotros cuando se levantaron los hombres en contra nuestra, quizá nos hubiesen tragado vivos (Sal 123, 1-3). Dicen los mártires: Si el Señor no hubiera estado con nosotros, si Él no nos hubiese ayudado, si Él no hubiese afianzado el corazón en la fe, si no nos hubiese donado la paciencia, ni no hubiese otorgado fuerzas a los combatientes, quizá nos hubiesen tragado vivos.

¿Qué significa nos hubiesen tragado vivos? Conocemos a Cristo, sabemos que sufrió la pasión y que resucitó, que ha de venir a juzgar a vivos y muertos; con todo, si Él no nos hubiese ayudado, nos hubiesen tragado. Llama "vivos" a quienes saben lo dicho. Un caso distinto es el de quien desconoce a Cristo. Éste es tragado, puesto que no cree que Él es el Salvador; es tragado, pero estando muerto. En cambio, quien cree que Cristo es Salvador y lo niega, es tragado vivo. Lo sabe como quien lo sabe estando vivo, y en su prudencia perece. Niega a Cristo y tiene la impresión de que no perece. Pero entonces la perdición es mayor. Al negar a Cristo se vieron libres de las cadenas de la cárcel. Díganme: ¿perecieron o no perecieron? Dirijo mi pregunta a la fe del corazón, no a los ojos de la carne.

Ven ustedes que existe un "no morir" que es morir, y un morir que es "no morir". Por eso se dijo: Quien encuentra su alma la perderá (Mt 10, 39). Perdiéndola no la pierde, y si no la pierde, entonces la pierde más. 

(Sermón 335 F) 

1 comentario:

  1. La soberbia nos traga vivos, pues, si conociendo a Cristo, lo negamos y preferimos nuestro propio proyecto humano, limitado y egoísta, es que queremos bien poco y menos que eso vamos a obtener.
    Solo hay un camino, pero dos consecuencias. ¿Qué elijo yo, en este tiempo de conversión?

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