De Hazte Oír
Con tanta polémica sobre las declaraciones del Papa referentes a los preservativos, la prensa internacional dejó de lado tal vez el mensaje más importante que Benedicto XVI dio en África: una dura protesta contra los grandes grupos económicos mundiales, quienes, en conjunción con los gobiernos locales, tienen al continente en la miseria.
Durísimas críticas del Vaticano a la explotación económica de las multinacionales en Africa y a los gobiernos locales cómplices.
REDACCION HO Y AGENCIAS.- Desde que el Papa, en su viaje a África, ha terminado de hablar de preservativos e indisolubilidad matrimonial y ha empezado a abordar asuntos económicos, los medios de comunicación "progresistas" han dejado de informar, mientras los gobiernos ofendidos por sus palabras (Reino Unido, Francia) y los que recurren a la más lamentable de las demagogias (España) miran para otro lado.
Apropiación de los recursos naturales de los africanos, expropiación de sus tierras y complicidad de los gobiernos locales con las multinacionales que esquilman el continente. Este es el duro análisis que el Papa ha transmitido a los obispos africanos y al mundo entero.
Un duro análisis de la situación de África
El Papa Benedicto XVI ha entregado hoy a las conferencias episcopales de África el documento Instrumentum laboris, sobre la situación en el continente, que se utilizará para preparar el Sínodo africano de obispos del próximo otoño.
En el texto se acusa a las multinacionales de invadir el continente y apropiarse de sus recursos naturales, aplastando a las compañías locales y expropiando las tierras a sus poblaciones con la complicidad de muchos de los dirigentes de estos países.
Instrumentum laboris consta de cuatro capítulos que repasan los principales problemas que sufre el continente africano, tales como la pobreza, las desigualdades económicas, las guerras y las luchas entre etnias, al tiempo que señala algunas de las causas de estas lacras y sus responsables.
El texto critica con dureza a las "fuerzas internacionales que apoyan poderes políticos irrespetuosos con los Derechos Humanos y los principios democráticos para asegurarse, como contrapartida, ventajas económicas". Estas circunstancias "amenazan con desestabilizar a las naciones", advierte.
Se denuncia también la exclusión del continente africano, a excepción de Sudáfrica, de la cumbre del G-20, a pesar del fuerte impacto que la recesión mundial tendrá en África, donde se concentran gran parte de los pobres y hambrientos de todo el mundo.
El Vaticano tampoco ahorra críticas contra los mandatarios africanos cuya "sed de poder provoca el desprecio de todas las reglas elementales de buen gobierno y ha llevado a la ruina" a muchas sociedades africanas.
La mujer, "en condiciones de inferioridad"
La situación de la mujer también se aborda en el documento papal, que expresa su preocupación por la "condición de inferioridad" con respecto al hombre con que se trata a las mujeres africanas, tal y como evidencian los episodios de violencia doméstica y la poligamia, así como la prostitución, la mutilación de los órganos genitales femeninos o la falta de respeto hacia la dignidad y los derechos de las viudas.
En la misa que precedió a la entrega del Instrumentum laboris a los obispos africanos, el Papa denunció a las "personas sin escrúpulos que buscan imponer el reino del dinero despreciando a los más indigentes". "África en general y Camerún en particular están en peligro si se dejan fascinar por falsas glorias y falsos ideales". Con Jesucristo, en cambio, que en su vida terrena "pisó el suelo africano", recordó, "África puede convertirse en el continente de la esperanza", aseguró el Pontífice.
A lo largo de su discurso, Benedicto XVI también pidió por los "niños que no tienen padres o que viven abandonados en la miseria de la calle, aquellos que son separados violentamente de sus padres, maltratados y abusados y enrolados a la fuerza en grupos militares". A todos ellos les dijo: "Dios os ama, no se olvida de vosotros".
Antes de celebrar esta multitudinaria ceremonia, el Papa se reunió con un grupo de líderes musulmanes en la Nunciatura Apostólica de Yaundé, ante quienes recordó que una religión genuina rechaza "cualquier forma de violencia y totalitarismo".
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